El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, ha dicho recientemente que “hemos visto dos años de transformación digital en dos meses”. La pandemia de coronavirus solo ha acelerado unos planes de digitalización que ya estaban escritos. Se han normalizado el trabajo en remoto, el aprendizaje a distancia y las compras online de alimentación. Las big tech, gracias a que los inversores han apostado por sus modelos de negocio, han visto cómo se disparaban sus acciones.
El Covid-19 ha destacado los beneficios de las plataformas digitales, e incluso a llevado a los gobiernos de los diferentes países a recurrir a tecnología basada en Big Data para ayudar con el desarrollo de aplicaciones de rastreo de contactos. Ha quedado demostrado que en esta crisis muchos han visto una oportunidad y la han aprovechado. Sin embargo, para los negocios poco digitalizados y tradicionalmente offline, las consecuencias del confinamiento han podido ser mortales. Si alguien quiere sobrevivir en este nuevo mundo (o en esta ‘nueva normalidad’, como dicen algunos), la transformación digital será una obligación y no una opción.
La importancia de la transformación digital
La transformación digital en las empresas es la incorporación de la tecnología en áreas de actuación del negocio. Esta incorporación, puesta en marcha por profesionales con las competencias digitales que demanda el mercado de trabajo, cambia sustancialmente el funcionamiento de la organización o sus productos. La digitalización de un negocio modifica procesos internos, la estrategia y el modelo empresarial. Es un cambio integral y profundo.
Podemos derivar muchas ventajas de la transformación digital, beneficiosas para cualquier empresa. Uno de los más importantes es el ahorro de costes, ya que supone un notable ahorro económico y en tiempos debido a la automatización de procesos, o el incremento de la productividad, pues se agilizan procesos, se optimiza la gestión del tiempo y favorece un mayor rendimiento.
La transformación digital también permite tomar mejores decisiones, al tener datos sobre los que trabajar, y adaptarse al mercado. No olvidemos que la inmensa mayoría del mundo está completamente habituada a Internet y a una realidad dominada por pantallas. El coronavirus, como decíamos unas líneas más arriba, solo ha pisado el acelerador. En un futuro inmediato, solo existirán aquellas empresas digitalizadas. Es fundamental que los profesionales de hoy adquieran competencias nuevas para desarrollarse y no quedarse atrás en un mundo dominado por la disrupción tecnológica.